La resiliencia: Habilidad que permite superar la discapacidad
Si bien es cierto, tener una discapacidad implica una limitación y con ella trae ciertas dificultades, sin embargo; estas dificultades se miden en base a la interacción del individuo con su medio.
A pesar de cualquier dificultad las personas con limitaciones funcionales o discapacidad, pueden tener una vida plena especialmente si cuentan con los apoyos necesarios.
Es cierto que una determinada patología puede permanecer con nosotros hasta el día de nuestra muerte, pero la discapacidad no tiene porqué durar tanto.
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La intervención se orienta a desarrollar la competencia personal que se entiende, como un conjunto de capacidades relacionadas con la formación para el trabajo y con la autorregulación de actividades que conlleva.
En otras palabras, un potencial para dirigir las tareas, las interacciones con el ambiente y las características personales que se requieren para la conducta eficiente.
Concepto de resiliencia
En psicología, el término resiliencia se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas.
Cuando un sujeto o grupo (animal o humano) es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por los mismos.
Actualmente la resiliencia es considerada como una forma de psicología positiva no encuadrándose dentro de la psicología tradicional.
El concepto de resiliencia se corresponde aproximadamente con el término «entereza»
Fomentar la resiliencia en niños con discapacidad
Se debe fomentar aquellas actitudes relacionadas con reconocer las otras capacidades que la persona tiene, en vez de detenerse en todo aquello que no puede hacer.
Hablamos de la resiliencia, la “capacidad de una persona o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles, y esto de manera socialmente aceptable” .
Pero la resiliencia “no es una cuestión individual, es el signo visible de un tejido de relaciones y experiencias que enseñan a la gente dominio, arte de vencer obstáculos, amor, coraje, moral y esperanza”.
Pero no se trata sólo de aguantar la adversidad; con aquello que era una circunstancia adversa, el resiliente hace algo que lo lleva hacia adelante en la vida.
Todo niño tiene el potencial de desarrollar y mostrar su resiliencia.
Todo niño cuenta con ciertos recursos que lo pueden ayudar a sobrellevar la adversidad. Nuestra tarea esta en descubrir en todas las señales de resiliencia y los recursos que poseen, por mas débiles que aparezcan.
La investigación nos ha ido esclareciendo el hecho de que no es una sumatoria de aspectos personales, biológicos y de origen social lo que determina el que una persona se denomine resiliente o no.
Se trata más bien de ver al ser humano «en resiliencia», como la persona que entra en una dinámica en la que recursos personales y sociales se manifiestan interactuando de tal manera que constituyen una amalgama de posibilidades que producen respuestas asertivas y satisfactorias.
Estas respuestas permiten no solo la solución de conflictos, sino también el desarrollo y potenciación de otras posibilidades en las que se incluye como aspecto fundamental, la comunicación interpersonal, la interacción e intercambio de recursos (capacidades, habilidades, valores, convicciones, significados).
Todo ello a su vez, constituyen, el bagaje de conocimientos prácticos con que la personas y comunidades de éxito enfrentan su realidad.
Valga destacar el hecho de que no se puede hablar de una secuencia lineal causa-efecto lo que va a determinar el éxito, sino una «esfera» de recursos construida de tal manera que aspectos individuales y sociales no pueden ser vistos separadamente como si fueran ingredientes, ya que en la misma dinámica en que operan, pierden su identidad como tales para formar parte de un todo en el que la persona se integra al conjunto de posibilidades de un contexto.»
La esfera de resiliencia es un todo con sus partes, pero éstas no adquieren sentido sino en función del todo, que es una amalgama de factores interactuantes
Indicadores para identificar a un niño resiliente:
Un niño resiliente muestra algunas o varias de estas características a pesar de su exposición a situaciones adversas.
- Se valora a si mismo: Confía en sus capacidades y muestra iniciativa para emprender acciones o relaciones con otras personas porque se siente valioso, merecedor de atención. (Autoestima)
- Tiene capacidad de disfrutar de sus experiencias: Es capaz de jugar. puede reír gozar de emociones positivas. Tiene «Sentido del humor».
- Se puede relacionar bien con las personas: Tiene amigos. Participa de actividades con ellos y con agrado. Puede que a veces pelee, pero es capaz de amigarse. Tiene en general, una buena relación con los adultos.
- Es creativo: Tiene capacidad para usar su imaginación y transformar las cosas, innovando. La creatividad se ve muchas veces reflejada en el juego y en los dibujos.
- Tiene curiosidad por conocer: En el caso de niños pequeños, la curiosidad se manifiesta a traves del interés por conocer el mundo, explorándolos. En niños más grandes, el interés se manifiesta por el aprendizaje. Le agrada aprender.
- En relación a su comportamiento: Es capaz de llevar a cabo tareas que se esperan para su edad. Orienta su comportamiento positivamente.
- Es un niño que tiene una salud física aceptable.
Promoción de las resiliencias en la discapacidad
Promover la resiliencia es reconocer la fortaleza mas allá de la vulnerabilidad. Apunta a mejorar la calidad de vida de las personas a partir de sus propios significados, según ellos perciben y enfrentan al mundo.
Actitudes que posibilitan la promoción de la resiliencia:
- Establecer una relación de persona a persona.
- Descubrir en cada persona aspectos positivos. Confiar en la capacidad de la persona de ser mejor de lo que es actualmente.
- Ser capaz de ponerse en el lugar del otro para comprender sus puntos de vista, sus actitudes y sus acciones.
- La humillación, el ridículo, la desvalorización, la indiferencia afectan negativamente la imagen y la confianza que la persona tiene de si misma.
- Predicar con el ejemplo, adoptando actitudes de respeto, solidaridad y comprensión.
- Tener en cuenta las necesidades, dificultades y expectativas de cada persona son distintas.
- Estimular el desarrollo de las capacidades de escuchar, de expresión verbal y no verbal y de comunicación en general.
- Usar límites, comportamientos tranquilizadores y observaciones verbales para ayudar a la persona.
- Desarrollar comportamientos consecuentes que transmitan valores y normas, incluyendo factores de resiliencia.
En los niños especiales:
Promover amor incondicional.
- Expresar dicho amor verbal y físicamente de manera apropiada a la edad.
- Elogiar los logros y comportamientos deseados.
- Equilibrar las consecuencias o sanciones de errores con cariño y comprensión, asi el niño puede fallar sin sentir demasiada angustia, o miedo de la perdida de la aprobación del amor.
- Instalarlo a que acepte la responsabilidad de sus comportamientos y, al mismo tiempo, promover su confianza y optimismo sobre los resultados deseados.
- Apreciar a cada niño como persona a acompañarlo en sus dificultades y logros.
- Favorecer la capacidad lúdica, la imaginación y la creatividad.
- Permitir la expresión de sentimientos, emociones y sentido del humor.
- Desarrollar las relaciones con otros a través de juegos libres, y en el establecimiento de normas y límites.
Discapacidad y resiliencia: Afrontamiento positivo para superar la adversidad