El autocontrol emocional para mantener la eficacia
Autocontrol emocional
El autocontrol emocional es aquella capacidad humana que permite al individuo reconocer y manejar sus emociones y mantener la eficacia incluso si debe enfrentar situaciones estresantes. No significa evitarlos, ignorarlos o reprimirlos como a veces la gente malinterpreta. Esta habilidad puede desarrollarse o adquirirse mediante la repetición constante de determinadas acciones.
Si las emociones llegan a apoderarse de la capacidad de concentración, la capacidad mental cognitiva o "memoria funcional" del individuo se bloquea. Esto puede dificultar o bloquear incluso otros esfuerzos intelectuales, desde formar una frase hasta resolver un problema complicado.
Amplificar o disminuir nuestras emociones
El bloqueo de la capacidad mental cognitiva a menudo no se efectúa de manera impulsiva, hacer o decir cosas poco inspiradas e insalubres puede causar cierto daño. Sin embargo, los que tenemos el poder de amplificar o disminuir nuestras emociones somos nosotros mismos.
Por ejemplo, si estamos preocupados por algo que nos hizo enfadar, encontramos muchas más buenas razones y justificaciones para estar enfadados, y nos enfadamos más.
Pensar de manera positiva
Pero si tratamos de mirar las cosas desde un diferente ángulo, otra perspectiva, logramos calmarnos. Pensar una situación de manera positiva es una de las maneras más efectivas de calmar la ira.
Las emociones forman parte de nuestra vida diaria, y la forma en que las sentimos y expresamos influye en la calidad de nuestra vida, y también como nos ven las demás personas.
Abordar las situaciones de una manera racional
Si, por ejemplo, nos hemos acostumbrado a enojarnos o a hacer un drama cuando la pareja no contesta el teléfono, en lugar de abordar la situación de una manera racional y tranquila, esto sin duda predispondrá la relación con muchos conflictos.
O peor aún, si somos personas de reacciones agresivas en el tráfico, podría poner nuestra vida en peligro y también podemos poner a otros en riesgo.
La forma en como percibimos y evaluamos las situaciones que experimentamos generarán nuestras respuestas emocionales. Si nuestras respuestas emocionales son funcionales, es decir, son apropiadas para la situación en la que nos encontramos, no tenemos nada de qué preocuparnos.
Pero si a menudo sentimos emociones negativas, si su intensidad nos abruma, nos impide llevar a cabo naturalmente nuestras actividades diarias, nos afecta tanto profesional como personalmente, tenemos que hacer algo para cambiar eso.
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Es muy interesante e importante estos conceptos, debemos recapitular el porqué de cada comportamiento y como podemos ayudarnos a poder nosotros cambiar y así poder ayudar a los demás.