Aline Favaro Tomaz la bailarina de danza clásica con síndrome de down
En el salón de clases de la academia de baile Szene Kleine en Santo Andre (Brasil), una estudiante llama la atención. No sólo por sus gestos y pasos desarrollados a la perfección, pero principalmente debido a su concentración y determinación.
Aline Favaro Tomaz, de 21 años, comenzó a estudiar ballet cuando tenía 8 años y tan pronto como comenzó sus primeras lecciones demostró talento y deseo de mejorar.
Eleide Martín Favero, madre de Aline, dice que buscó una academia de ballet que estaba cerca de su casa (Ecole Warangae Miti) porque quería que su hija ejercitase sus músculos para tener una buena condición física.
Aline tiene Síndrome de Down y Eleide sabía que los niños con este síndrome tienen problemas como la debilidad muscular y obesidad.
«Ella lo hizo muy bien con el ballet, por lo que, para mi sorpresa, a los 14 años ya estaba usando las zapatillas de punta, el Ballet le ha dado disciplina, aptitud física y funcionamiento de la mente», dice Eleide.
Todo esto sumado a la disciplina y la pasión por la danza de Aline determinación se ha traducido en bellas coreografías y espectáculos de danza que la bailarina presenta. Uno de los espectáculos más importantes de la bailarina fue en Madrid, España, durante el VI Congreso Mundial sobre Síndrome de Down en 1997. Aline tiene mucha fuerza de voluntad, no come dulces y asiste a clases en el gimnasio todos los días Szene Kleine. Su maestra actual, Helen Martins, quien siempre decía que era muy fácil trabajar con ella, porque es muy talectosa y aplicada.
Helena Martins además cuenta con dos estudiantes más con síndrome de Down en su gimnasio y dice que no hay secretos para trabajar con estudiantes con necesidades especiales en la academia y todos se llevan muy bien. «Empezamos sin saber muy bien cómo, pero pronto descubrimos que la mejor manera de tratar a un estudiante en particular es tratarlos igual que a los demás», explica.
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