En Argentina existen muchas personas con discapacidad, según la ultima encuesta realizada por el INDEC, en uno de cada 5 hogares argentinos hay almenos una persona con discapacidad.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Discapacidad (ENDI) señalan que existen 2.176.123 con algún tipo de discapacidad. Esto representa a más del 7% del total de la población de Argentina.
De estos resultados estadísticos, se desprenden otros datos que son importantes conocer: Por ejemplo, que el 46,4% de los discapacitados son hombres; que del total, el 48,5% tiene entre 15 y 64 años, lo que indica que hay un gran porcentaje que se encuentra dentro de lo que sería población económicamente activa. Por otra parte, las discapacidades más frecuentes son las motrices (39,5%), con predominio de afectación en los miembros inferiores (61,5% de ese total). Las cifras que entregó esta encuesta resultaron similares a las de los países desarrollados, pero el dato que llamó más la atención es que en el 43,9% de los casos, el discapacitado es jefe de hogar.
Insertarse en el tránsito
Si los vehículos en sus inicios se hubieran fabricado de
forma diferente y alguno de nuestros miembros no tuviera movilidad, seguramente no resultaría curioso acelerar y frenar con las manos. Por esto, el hecho de que las personas con movilidad reducida no manejen igual que los demás conductores, no quiere decir que si lo hacen bajo otras formas o con otros instrumentos adicionales no estén capacitados para hacerlo de manera adecuada.
Si una persona se acostumbra a utilizar una palanca como acelerador y
freno en lugar de dos pedales, no significa que no esté capacitado para conducir en el tránsito.
Se interpreta que aprendió a manejar con otras estructuras y mecanismos diferentes. Dependiendo del tipo de discapacidad, las personas conmovilidad reducida pueden manejar y hacerlo de forma correcta. Pero deben hacerlo con un automóvil adaptado de acuerdo a la dificultad que cada uno presenta. Y quizás, ésta sea una de las etapas más complicadas, aunque no imposible de resolver.
En primer lugar, es necesario elegir el vehículo que por sus características de fábrica mejor se adapte a las necesidades de cada persona. Jonathan tiene 23 años y es una
de las tantas personas que intenta desenvolverse de manera independiente. Quedó tetrapléjico cuando sufrió un accidente en Brasil al tirarse de cabeza desde un barco. Prácticamente, todo su cuerpo quedó paralizado. Pero no su espíritu. Quiso volver a manejar y lo logró. Como primer paso, tuvo que elegir un auto: “Una de las cosas que hay que tener en cuenta es el acceso, las puertas del auto deben abrirse lo suficiente como para poder acercar la silla de ruedas lo máximo posible” nos cuenta.
Según su propia experiencia, “también es importante ver la capacidad de carga del vehículo para poder dejar la silla de ruedas. Yo probé varios Audi, BMW y MercedesBenz, por ejemplo, y finalmente me incliné por un Audi A3 porque es el que tiene mejor apertura de puertas.”
Adaptaciones
Las principales automotrices del mundo producen vehículos adaptados para discapacitados. En Europa, hay un standard para las distintas dificultades motrices.
Incluso hay empresas, como la española Vexel, que desarrolla vehículos para ser conducidos directamente desde la silla de ruedas, como el modelo llamado Quovis. La ventaja con la que cuentan estos autos es que la fábrica realizó ensayos en los que se garantiza la seguridad y la comodidad de los futuros conductores con movimientos reducidos.
Pero, lamentablemente, en la Argentina no sucede lo mismo. Sólo en una oportunidad, Fiat ofreció la versión del Palio Easy Entry, aunque el escaso volumen de ventas no hizo sostenible el proyecto. En cambio, la posibilidad más concreta es comprar un vehículo en forma particular y realizar la reforma en los lugares especializados (ver recuadro de datos útiles) porque allí está el personal capacitado y se puede obtener una garantía para que las modificaciones resulten realmente favorables y cómodas al conductor.
Mariana Bonetto Senior Terapia Ocupacional del Instituto FLENI
Cada caso es especial
A nuestro instituto llegan muchos pacientes con 17 y 18 años con alguna discapacidad de nacimiento que quieren manejar por primera vez, pero también llegan pacientes que ya manejaban. Lo primero que hay que transmitirles es que no existen en el mundo dos personas con idéntica discapacidad. Por eso, a cada una de ellas se la debe considerar única y tener en cuenta esto a la hora de analizar los avances y los requerimientos de conducción vehicular.
Hay que contemplar las características propias de cada conductor con discapacidad al momento de comprar un auto especialmente adaptado para su manejo. La persona no tiene que adaptarse al vehículo, sino que el vehículo debe adaptarse a la persona. so hay empresas, como la española Vexel, que desarrolla vehículos para ser conducidos directamente desde la silla de ruedas, como el modelo llamado Quovis. La ventaja con la que cuentan estos autos es que la fábrica realizó ensayos en los que se garantiza la seguridad y la comodidad de los futuros conductores con movimientos reducidos. Pero, lamentablemente, en la Argentina no sucede lo mismo. Sólo en una oportunidad, Fiat ofreció la versión del Palio Easy Entry, aunque el escaso volumen de ventas no hizo sostenible el proyecto. En cambio, la posibilidad más concreta es comprar un vehículo en forma particular y realizar la reforma en los lugares especializados (ver recuadro de datos útiles) porque allí está el personal capacitado y se puede obtener una garantía para que las modificaciones resulten realmente favorables y cómodas al conductor.
La conducción debe ser apta para la persona que lo necesita y al vehículo no se le deben suprimir los comandos normales para que cualquier familiar o amigo pueda utilizar el auto en caso de ser necesario. Resulta importante que las personas con dificultades para trasladarse tengan la posibilidad de ser independientes para abordar y bajar del vehículo, como así también operar el auto con total naturalidad. Es por ello que las adaptaciones no pueden ser realizadas en cualquier lugar y los cambios los deben hacer expertos. En nuestro país no existe ningún organismo que homologue los comandos ortopédicos ni los talleres que realizan estas adaptaciones. Si bien la Ley Nacional de Tránsito 24.449 admite su utilización, no se especifica cómo, de qué forma y qué requisitos se necesitan para llevarlo a cabo. Entonces, es necesario evaluar las capacidades y habilidades para el manejo (visuales, perceptuales, cognitivas o motrices) a través de profesionales especializados para establecer cuáles son los comandos necesarios de acuerdo a cada persona. Dentro de las principales funciones que deben quedar garantizadas se destaca la importancia de la comodidad y accesibilidad de la dirección del vehículo, la señalización (luces y otros comandos), el cambio de marcha (en el caso de que el auto disponga de transmisión manual), el acelerador y el freno. Una vez realizadas todas las modificaciones, éstas no deben alterar los dispositivos de seguridad del vehículo, para que, en caso de un siniestro, los ocupantes del auto cuenten con las mismas condiciones de seguridad que disponía el auto cuando fue creado.
No todos los discapacitados tienen el beneficio de la franquicia para la compra de un 0km.
Dentro de las principales funciones que deben quedar garantizadas se destaca la importancia de la comodidad y accesibilidad de la dirección del vehículo, la señalización (luces y otros comandos), el cambio de marcha (en el caso de que el auto disponga de transmisión manual), el acelerador y el freno. Una vez realizadas todas las modificaciones, éstas no deben alterar los dispositivos de seguridad del vehículo, para que, en caso de un siniestro, los ocupantes del auto cuenten con las mismas condiciones de seguridad que disponía el auto cuando fue creado.
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