Animales discapacitados
En algún momento hemos tenido la oportunidad de leer o escuchar historias de personas con un corazón tan bueno que rescatan animales callejeros, muchas veces el animalito rescatado ha sufrido lesiones tan severas en alguna de sus patas, ya sea por atropellamiento, agresión o lesiona por parte de otros animales o personas, a veces también por alguna infección no tratada, que cuando es atendido por el médico veterinario no tiene mas remedio que amputar la extremidad dañada.
El resultado, un animalito de tres patas, pero estos animales son muy especiales, no por el hecho de estar incompletos, sino por la gran capacidad que tienen para recuperarse.
Gran diferencia de lo que ocurre con muchos seres humanos que sufrieron alguna amputación, los animales logran adaptarse mucho más rápido a la pérdida de una extremidad y luego de estar curadas sus heridas, aprenden con facilidad a caminar e incluso a correr, balanceando y equilibrando su cuerpo de forma tal que el hecho de faltarles una pata los hace más ligeros. Incluso se sabe de casos extraordinarios como el de aquel perro al que le faltaba no una, sino dos de sus patas (una delantera y otra posterior). Este increíble animal, parecido quizá a una bicicleta, sorprendía a todos por su capacidad de caminar, correr e incluso saltar.
Por fortuna los animales que han perdido un miembro no suelen entristecerse o pasan por un periodo de duelo como ocurre con los humanos, sino que afrontan su nueva situación adaptando rápidamente su cuerpo a este nuevo cambio. (Si es que a un animal amputado se le ve triste, es más probable que se deba a que aún no cicatrizan sus lesiones o siente aún dolor).
Desafortunadamente los humanos solemos sentir una extraña mezcla de lástima y de rechazo hacia los animales tripiés y cuando hemos decidido adoptar a una mascota, y vamos al albergue o acudimos a las personas encargadas de adopciones y sabemos que el animalito en cuestión está amputado, de inmediato desistimos de tener contacto con él, sin importarnos su raza, edad, historial o incluso su capacidad de dar cariño.
Es por eso que no debemos sentir lástima por ellos, sino al contrario: debemos admirarnos por su tenacidad para seguir adelante enfrentando su nueva limitante y convertirla en ventaja, esto es, la ligereza que mencionábamos antes.
No debemos entonces rechazar a un tripié por el sólo hecho de no estar completo: con ello lo único que indicamos que también nosotros tenemos una mutilación pero en la cabeza o en el corazón. Un tripié es tan valioso, noble, autosuficiente y perfecto como cualquier otro animal completo.
La Historia de Sam
Hablando de triunfadores, es necesario mencionar a Sam. Él era uno de tantos perros abandonados a su suerte a quien un mal día un coche lo arrolló, dejándolo malherido. Aunque varias personas pasaron a su lado, algunas compadeciéndolo y otras evitándolo, Sam se mantuvo con vida hasta que una persona llegó hasta él y lo ayudó. Pero las lesiones sufridas fueron tales que no hubo forma de salvarle su pata. Sam, que había sobrevivido a tantas penurias, no echó de menos su antiguo miembro y agradeció sumamente a quien lo había salvado de morir lentamente en la calle. Una vez restablecido Sam dio nuevamente una sorpresa al participar en la Expocan 2002: nadie podría haberse imaginado que ese pobre animal anteriormente malherido, sucio y flaco iba a ganar un galardón especial: el premio a El Perro Visitante. Y así ocurrió, sin que su “discapacidad” fuera un impedimento para ello. Ya en las Olimpiadas de Atenas 2004 muchas personas con alguna discapacidad dieron conmovedores ejemplos de tenacidad y valor al ganar innumerables medallas. Y lo que aquí mencionamos es otra prueba de ello, pero en este caso, de la valía y fortaleza de Sam, un perro tripié.
Otras discapacidades
Hemos hablado de los animales tripiés, pero hay otro tipo de “limitantes” que muchas veces nos hacen dudar a la hora de escoger a un compañero animal.
La ceguera. No sólo nos referimos a nuestra ceguera mental, sino a aquellos animales que por edad, traumatismos o enfermedad han perdido la visión de uno o ambos ojos. El que no puedan ver no significa que no puedan orientarse; con un poco de paciencia al mostrarles a su nuevo hogar (reconocer el entorno, dónde están los muebles, puertas y otros obstáculos), un animal ciego puede tener un perfecto sentido de orientación, ya que sus otros sentidos se agudizan, principalmente el oído y el olfato. Incluso al salir a pasear el animalito puede medir distancias y reconocer el lugar. En el caso de que sea nuestra mascota quien por causas de avanzada edad pierda la vista, eso no es motivo para que la abandonemos o sacrifiquemos: fomentemos la cultura de respeto y cuidado hacia los animales mayores y pidamos consejo a veterinarios y etólogos para saber cómo podemos mejorar su calidad de vida.
La invalidez parcial. Existen casos que son más serios que el ser tripié. Como mencionamos al inicio, un animal puede arreglárselas muy bien en tres patas… pero no es lo mismo en dos. Ya sea por atropellamientos, ataques por parte de otros animales y traumatismos diversos que un animalito tenga dañada su columna y queden inutilizadas sus patas traseras. Quizá lo primero que se nos ocurra sea evitarnos a nosotros mismos el dolor… el dolor de ver sufrir a nuestra mascota y llevarla a dormir. Esto únicamente sería aplicable en el caso de que el veterinario nos dijera que el animalito está en condiciones tan lastimosas que es lo mejor para él. Pero si no es así, existen aparatos especiales para que pueda caminar de nuevo: como Bonni, la perrita de Caro Girón , quien después de ser atacada por otro perro de la familia, demostró tal voluntad para vivir y sobreponerse que sus dueños no vacilaron en adquirir una silla de ruedas para ella. Esta perrita rápido aprendió a usar su sillita y es tan juguetona como antes.
Lesiones varias. Puede ocurrir que el animalito que está en el albergue o que ha sido rescatado haya tenido una vida muy dura, en la que ha sido víctima de la crueldad de otros y esto se ve reflejado en su cuerpo. Tenemos entonces a animales que muestran cicatrices de objetos punzo cortantes o quemaduras, mutilaciones en ojos, orejas, hocico, cola o patas, fracturas que no soldaron adecuadamente y que le dan un aspecto peculiar (hocico ladeado, pata o cuerpo torcido), son solamente reflejo del aspecto externo del animal y que nada tiene que ver con su nobleza, amistad y capacidad de darse por entero a su dueño. Y como ejemplo ponemos a Cartón, un french poodle rescatado de un campamento de obras viales cuya mandíbula dislocada en una pelea soldó mal y aún con todo, hoy hace feliz a su familia humana.
Enfermedades
Esta no es una discapacidad propiamente, pero puede significar una restricción para aquellos que desean tener una mascota. Incluso en libros que hablan sobre diversas razas y elección correcta de animales de compañía, hacen hincapié en afirmar que busquemos animales sanos. Debemos saber que este mensaje está dirigido principalmente a los criadores (profesionales, por supuesto), para evitar una degeneración en la raza al momento de reproducir a estos animales y que sus descendientes hereden tal afección.
Pero aún cuando aclaremos esto, muchos no tenemos la capacidad o los medios para cuidar de un animal enfermo. Es importante tomar en cuenta qué nos mueve para adoptar un animalito en tales condiciones y que padezca desde afecciones de la piel (sarna, por ejemplo, que con todo es curable) hasta padecimientos tales como cáncer, diabetes, afecciones cardiacas, etc. Aquí lo que hay que hay que considerar es que este tipo de animalitos necesitan mucho amor y cuidados especiales. Y debemos evaluar dos cosas: una, si disponemos de dinero para pagar sus tratamientos, y dos, si disponemos de tiempo (y sobre todo paciencia), para darle la calidad de vida que merece. Este tipo de animales son particularmente especiales, y aún cuando la enfermedad que padezcan sea incurable o requieran un tratamiento de por vida, su simple compañía, fortaleza ante su enfermedad y hasta alegría de vivir, nos dan todo un ejemplo de vida que podemos compartir y enseñar a los demás miembros de la familia.
La historia de Milky: mi hermana recogió de la calle a una perrita criolla tipo maltés que estaba preñada y decidió que nacieran los cachorritos. Desafortunadamente sólo sobrevivió una perrita a quien llamaron Milky, la cual decidieron adoptar mientras que la madre fue dada en adopción a una excelente familia de San Luis Potosí. Tiempo después el veterinario descubrió una lesión cardiaca en Milky, lo que se tradujo cuidados y medicación permanente. Realmente Milky nunca dio indicios de estar enferma, dada su alegría, vitalidad y simpatía. Aunque vivió menos de un año, fue una perrita de aspecto totalmente normal, con una innata capacidad de dar amor a su familia, quienes al perderla, decidieron adoptar del albergue a otro perrito criollo a quien también quieren mucho.
Aspecto en general.
Aunque esta tampoco es una discapacidad en sí, sí puede ser una limitante absurda para un potencial adoptante a la hora de escoger una mascota. Debemos tener muy en cuenta que un animal rescatado de la calle o de un dueño desconsiderado no se va a encontrar precisamente como salido de una exposición.
No nos dejemos llevar por la primera impresión: un animal que está flaco hasta los huesos se recupera perfectamente con buena alimentación y cuidados; un animal que carece de pelo y cuya piel muestra varios tonos rojizos y rosados puede tener, después de constancia y cuidados en su alimentación y medicación, un pelo hermoso y un aspecto saludable; incluso un animal de aspecto astroso esconde todo un estándar de belleza debajo de las pulgas, garrapatas y pelo sucio y anudado.
Edad avanzada
Este es un punto que por desgracia desanima a muchas personas. Y a veces no hablamos siquiera de animales seniles, sino de animales que ya no son cachorros y que tienen más de un año de edad.
He aquí las ventajas de tener un perro mayor:
- Ya no estará; mordisqueando todo: sólo le bastará olfatearlo para conocerlo.
- Se adapta a una jerarquía establecida: te aceptará mejor como líder del clan.
- Conocerás su tamaño sin sorpresas posteriores: “no creí que creciera tanto”.
- Lo que le enseñes (mensaje claro y constante), será captado rápidamente, ya que es falso el mito de “perro viejo no aprende truco nuevo”, y lo aprenderá por lo grata y estimulante que resulte la cercanía de un amo cariñoso.
- Con unas sencillas instrucciones de manejo se podrá lograr una relación armoniosa y duradera entre perro y humano.
De cualquier forma hay quienes se cuestionan al momento de adoptar un animal que está o se acerca a la tercera edad (dependiendo de la raza puede ser a partir de los siete o diez años de edad). Nos asustan varias cosas, por ejemplo el no conocer el historial del animal o el mero hecho de que ya no vivirá muchos años. Lo primero lo aprenderemos poco a poco, dependiendo de la actitud del animal: si se asusta al ver a cierto tipo de personas o de objetos, por ejemplo, puede ser indicativo de que fue víctima de crueldad o malos tratos y esto se “cura” a base de una terapia de cariño o de consultar a un etólogo canino; su historial médico lo conocerá mediante un examen minucioso que le practique nuestro veterinario: sabremos si ha sufrido lesiones, enfermedades o su estado de salud en general.
Respecto a lo segundo, el hecho de que “no viva muchos años”, debemos entender que nadie tiene comprada la vida . Podemos tener un cachorro y éste puede morir por un accidente repentino o una enfermedad imprevista. No midamos entonces la felicidad que pueda darnos o nosotros darle a este animal en años o meses que le restan de vida. Aunque es verdad que necesite más cuidados (visitas al veterinario, tratamientos especiales), suelen ser animales tranquilos y amables, aunque no es extraño que algunos de ellos presenten siempre un espíritu jovial y de aventuras. Así ocurrió con Frannie, una basset hound que este 2006 cumplirá nueve años y que después de años de maltrato encontró un buen hogar y que ahora hace felices a sus dueños, olvidando su anterior vida. Ha vuelto a renacer porque con la terapia de amor y cuidados descubrimos su verdadera personalidad reprimida: vuelve a ser la cachorra que un día fue y es una parte muy importante en nuestras vidas.
Frannie, una basset que deja huella
Cuando Fran llegó a nosotros tenía 6 años y estaba 10kg por debajo de su peso, tenía una gingivitis terrible, era huraña y se asustaba con facilidad. Con todo esto, era muy frágil y sus ojos reflejaban una mezcla de dulzura y dolor; poco a poco fuimos curando sus padecimientos externos, pero nos llevó algunos meses curar sus heridas internas: el maltrato que había sufrido (la usaron para parir sin cesar). Hoy es cariñosa y dulce, y gracias a los consejos del Dr. Guisa de CAESPA-ARP ya no es agresiva y es muy afectuosa. Aunque todavía le gusta jugar suele ser tranquila, ya que es un animal adulto. Necesita, eso sí, chequeos semestrales porque hace poco tuvieron que extirparle un par de mastocitomas malignos y necesita limpieza dental periódica: debido a la gingivitis tuvieron que extraerle varias piezas dentales. Con todo esto, somos de verdad felices por haberla adoptado (gracias a Isis Marroquín de adopciones CAESPA-ARP y a Mónica Castillo, quien la rescató), porque sus necesidades (los gastos médicos) no son muchas comparados con su gran corazón y cariño que nos ha dado. Gracias Fran por ser parte de nuestra familia.
Después de todo, la vida al lado de nuestras mascotas se trata de una gran aventura. Disfrutémosla entonces al lado de nuestro amigo animal, sin importar que tenga un aspecto distinto al de otro o tenga capacidades (o mejor dicho, habilidades) que los distinguen valerosamente de otras mascotas.
Que este artículo sirva para que cuando decidamos adoptar a un animalito, no pasemos por alto a aquellos que son “distintos”, aquellos cuyo cuerpo muestre huellas de enfermedad o maltrato o que sea un animal viejo o que incluso padezca una enfermedad.
Mostrémonos orgullosos al salir con ellos y digamos a los demás: Adopté a un animal triunfador ante la vida y la adversidad.