Argentina - Oídos biónicos para bebita con sordera profunda
En Argentina, una bebita de un poco más año de edad se ha convertido en la paciente más joven del país a la que se le haya colocado un implante coclear, el implante colocado simultáneamente en ambos oídos es además el más pequeño del mundo llegando a medir apenas 3.9 milímetros y es 40% más pequeño que el utilizado habitualmente, según los médicos esta fue la opción más adecuada a la edad mínima permitida para esta cirugía.
La pequeña Emilia, apenas tiene 14 meses de vida y cada vez que escucha su nombre le regala una sonrisa a sus padres y a los que la rodean, nadie podría decir que esta bebita nació con sordera profunda y ahora tiene la oportunidad de llevar una vida normal gracias a este implante.
"Más allá del shock y el dolor inicial que nos causó el diagnóstico y la idea de que no iba a poder oír, quisimos buscar la mejor solución posible -relató Alejandra Fornales, la mamá de Emilia-. No hay que paralizarse y lo más importante es tratar de no negarse a uno mismo el problema y enfrentarlo para tratar de resolverlo con todo lo que esté al alcance."
El implante coclear es un dispositivo electrónico que reemplaza la función del oído. Su función es transformar los sonidos en señales eléctricas que estimulan las fibras nerviosas del oído interno o cóclea. Eso se logra mediante un procesador de sonidos externo, que, en el caso de Emilia, transmite esas señales hasta un grupo de 22 electrodos colocados en la cóclea (ver infografía).
Con un control remoto, los padres de la beba pueden activar o desactivar los dos implantes, controlar el volumen con que la nena percibe los sonidos y hasta conocer al instante si las piezas externas, que se adhieren al cráneo mediante un imán, o los procesadores, que se colocan detrás de las orejas, están en su lugar.
"Muchas veces se los saca y viene hasta el sillón, donde estamos todos sentados, para que se los volvamos a colocar -relató el papá, Gustavo Succurro-. Cuando se enoja o está fastidiosa porque tiene sueño, por ejemplo, muchas veces se los quiere sacar... O cuando la retamos, también hace el gesto para sacárselos."
Emilia llegó al Centro de Implantes Cocleares, que dirige el profesor doctor Vicente Diamante, antes del año de vida. Allí, confirmaron el diagnóstico de hipoacusia profunda bilateral y, luego de varias pruebas más, Diamante y su equipo realizaron la cirugía. Recién un mes después, hace dos semanas exactamente, la profesora Norma Pallares "encendió" el implante.
"Me acuerdo de ese primer momento y se me pone la piel de gallina. Fue una gran emoción -describió el papá-. De pasar a que en casa no daba ninguna respuesta, ver ese día que se quedaba concentrada o atenta a algo y, ahora, que reacciona a todos los ruidos que hacemos nos sigue emocionando. Además, en casa, tiene a las hermanas, que son dos «profesoras» que le van a hacer escuchar de todo... Lucía, de 8, y Victoria, de 5, son las mejores estimuladoras que puede tener."
Y en esa casa, todos están entrenados de alguna manera. Victoria nació con hipoacusia moderada y recién a los 3 años, después de consultar con varios especialistas, los padres dieron con el audífono que necesitaba. "Cuando nació Emilia, pedimos que se le hiciera el test auditivo neonatal", dijo Alejandra. Y Diamante apuntó: "Una de las condiciones fundamentales para el éxito o el fracaso total es el aporte de la familia".
Graves y agudos
El implante permite oír todas las frecuencias, de las graves a las agudas. Por eso, está provisto de programas que ayudan al oído a empezar a recibir los ruidos y sonidos más suaves al principio. "Los chicos que no pueden usar audífono por la gravedad de la sordera directamente deben recibir el implante coclear bilateral simultáneo -explicó Diamante-. Si tuvieran otros problemas, como un desarrollo neuromuscular muy lento o lesiones neurológicas por las mismas causas que les provocaron la sordera, que son muchísimas, lo mejor es colocar primero el implante en un solo oído y ver cómo evoluciona, para recién después colocar el segundo implante."
En general, agregó el experto, que sólo este año realizó unos 120 implantes pediátricos (40 bilaterales simultáneos o secuenciales), la apertura del canal auditivo con este dispositivo hace que los chicos comiencen inmediatamente a desarrollar habilidades. "Empiezan a caminar, perfeccionan sus movimientos finos y se conectan con el mundo exterior -enumeró-. Y lo más importante es que desarrollan el habla como si hubiesen nacido normoyentes. De hecho, Emilia va a empezar a hablar al mismo tiempo que el resto de los chicos. Está demostrado que los que vivieron en silencio absoluto en el primer año a los dos alcanzan igual que los chicos oyentes el 100% de captación de palabras."
En el primer control auditivo de Emilia, los resultados fueron óptimos. "Su cerebro está en su plenitud para realizar cambios y aprender", dijo Pallares, que no olvidará las primeras reacciones de la beba al oír.
Fuente: La Nacion.com.ar
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