Sindrome de Asperger y control del enfado
Sindrome de Asperger y control del enfado. En el siguiente artículo encontraran información sobre cómo controlar el enfado de los niños con Asperger.
Quienes han tenido la oportunidad de tratar con niños con síndrome de Asperger saben que no es una tarea fácil, pero es de suma importancia saber cómo manejar y reconducir. En el siguiente documento se proponen una serie de consejos destinados a la prevención y manejo de situaciones explosivas que puedan presentarse en estos niños.
Este artículo ha sido elaborado a partir del libro Educando a niños con Síndrome de Asperger. 200 consejos y estrategias, de Brenda Boyd.
Es necesario que el niño con Síndrome de Asperger aprenda a reconocer y entender el enfado en él mismo y en las demás personas, y como controlarlo. Lo último que se desea es que estos niños vean a la agresión como una manera o la única de manejar los problemas. No podemos ser indiferente a esto, pues la violencia física es un asunto bastante serio y puede ser muy peligroso.
Para abordar la agresión o enfado fuera de control es necesario tener dos estrategias.
Primera estrategia: Estrategia a corto plazo que le permita manejar las situaciones explosivas cuando se presenten.
Segunda estrategia: Estrategia a largo plazo que le ayuden a entrenarlo gradualmente, de de manera que a la larga este tipo de situaciones dejen de presentarse.
A continuación veremos algunos consejos destinados a prevenir o manejar las situaciones explosivas en el momento que se presenten.
Consejo 1: Actuar desde que es pequeño
Es importante y necesario abordar los problemas de enfado y agresión desde que son pequeños, ya que a esta edad es mucho más sencillo manejar al niño. Mientras más tiempo se mantengan este tipo de comportamientos, más patrones se establecerán y será mucho más difíciles romperlos.
El niño puede ver la agresión como un medio de expresión y de cómo conseguir todo lo que desea. Puede que le guste la sensación de control que obtiene con este tipo de conducta, y puede usarlos como substituto de la seguridad y aceptación que necesita.
Si el problema no se detiene, se puede producir en cualquier situación. Llegando a causar incomodidad en quienes les rodean, si esta situación persiste hasta la edad @dulta, puede convertir en un serio problema para la persona y para los que le rodean.
Consejo 2: Enséñale maneras seguras de expresar y manejar su ira
Busca el momento oportuno. Cuando el niño ya este calmado, conversa con el sobre la ira. Trata de tranquilizarlo contándole que todas las personas a veces nos enfadamos pero que eso está bien. Hazle entender que el problema no es la ira, sino el comportamiento al que le puede llevar el enfado.
Debate con el niño algunas maneras no destructivas de expresar su enfado y elaboren juntos una lista de “Puedos y no puedos de la ira”
Ejemplo de lista de “Puedos” y “No Puedos”
Consejo 3: Cosas que se pueden hacer ante el enfado
Si comienzas a notar algunos signos de alarma puedes recordar la “Lista de Puedos”.
A continuación les dejamos algunas recomendaciones:
Si descubres que una idea te da resultados, haz uso de ella siempre que puedas. Pero si algún consejo no te va bien o te hace sentir mal, simplemente, ignóralo. Confía en tu juicio.
Ante una situación de ira, ofrece opciones. Si crees que se avecina una confrontación porque él no quiere hacer algo que se espera que haga, intenta evitarla ofreciendo otra opción mejor que insistir en una orden. Por ejemplo, podrías decir “Prefieres venir ahora y hacer tus deberes o quieres venir y hacerlos en 5 minutos?”. Otro par de ejemplos de demandas presentadas como opciones: sería ¿Prefieres ponerte la chaqueta azul o la roja? (mejor que decirle “ponte la chaqueta”) o ¿Prefieres un bol grande de cereales o uno pequeño? (mejor que decirle “tienes que comer cereales”).
Corta las situaciones explosivas desde la raíz. Cuando veas que se está desarrollando una situación que pueda acabar en explosión, no dejes que se alargue y córtalo.
Utiliza un temporizador o un cronómetro. Estos objetos son unas buenas herramientas para los niños con SA y pueden ser de mucha ayuda en dar la estructura y predictibilidad que necesitan. Puede que le tranquilice oír el sonido del temporizador avisándole que se ha terminado el tiempo. A parte de que les puede parecer divertido jugar con eso ¡como si fuera un concurso!.
Haz un juego simple. Por ejemplo, parece que se niega a recoger todos los juguetes que hay tirados en la habitación. Captamos su atención y nos preguntamos, en voz alta, “¿que pasaría si cierro mis ojos durante 30 segundos, será capaz de recogerlos? Lo probaré y a ver qué pasa.”
Premia por mantener la calma. Haz de “mantener la calma” una meta específica y cuando logra mantener la calma en una situación que para él es difícil, díselo y prémiale por ello.
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