Discapacidad adquirida: nadie esta libre
Todas las personas sin ninguna excepción estamos expuestos a padecer algún tipo de discapacidad en cualquier momento de nuestras vidas, nadie esta exento de sufrir algún accident, por mas leve que sea puede dejar secuelas de por vida.
Uh pequeño descuido, en un instante y la vida puede cambiar, con el solo hecho dejar algo fuera de lugar, las prisas, la pereza de hacerlas cosas como se deben hacer, lo cómodo que resulta no usar los equipos de seguridad, la ignorancia y el exceso de confianza.
Son solo algunos elementos suficientes para darle un giro rotundo a nuestras vulnerables vidas. No basta el decir “no pasa nada”, “así déjalo”, “así es más rápido”, “para qué lo uso” o “después lo corrijo”. Muchas veces no existe una segunda oportunidad para evitar lo que con un poco de tiempo y atención puede ser la diferencia entre tener o no una discapacidad adquirida.
¿Qué es la discapacidad adquirida?
La discapacidad adquirida es la que después de un accidente o enfermedad, la persona queda con secuelas, las cuales los dejan en silla de ruedas. Cuadriplejia, amputación, lesionados medulares de diferentes grados, son algunos tipos de discapacidades adquiridas.
Una persona puede quedar atada a una silla de ruedas, ya sea por un accidente grave; como lo es un accidente automovilístico, una caída de un lugar muy alto, ser arrollado por un auto, entre otros; o por un accidente menor , que puede ser un simple resbalón, del cual ya no se podrán levantar
Las reacciones a la discapacidad
Es totalmente normal que cuando una persona, después de haber sufrido un accidente, o una enfermedad, la cual le dejó como secuela tener que estar en una silla de ruedas, se sienta incapaz de salir adelante por medios propios y piense que siempre tendrá que depender de alguien más para poder hacer sus cosas.
Esta situación modifica totalmente sus condiciones de desarrollo y socialización a las que se estaba acostumbrado, por lo que se hunden en estados depresivos, pensando que su vida ha terminado.
La familia suele sobreprotegerlos con el temor de dejarlos salir solos a la calle, por los riesgos que esto conlleva, limitándolos así, a darse la oportunidad de salir adelante e integrarse en actividades que le ayuden a superar lo ocurrido.
Hay quienes ni siquiera asisten a una rehabilitación adecuada a su discapacidad, por lo que su cuerpo se va deteriorando y adquiriendo mayores malformaciones tanto de postura, como las ámpulas que se hacen por estar tanto tiempo en una misma posición (escaras).
La persona al no ser rehabilitada va adquiriendo una dependencia de los miembros de su familia como son la esposa, los hijos, o los padres.
Aprender a vivir en silla de ruedas
Una persona con discapacidad adquirida puede integrarse perfectamente a una actividad productiva. Existen programas en los que se les enseña a usar la silla de ruedas (silla de ruedas activa) de tal manera que puedan subir y bajar rampas e inclusive escaleras.
Estos programas se encargan de darles la seguridad que necesitan en ellos mismos, reintegrándolos a las actividades que estaban acostumbrados a realizar antes de su lesión.
Llegan a aprender tanto, que ellos mismos se sorprenderán al darse cuenta de que pueden hacer una vida como las personas que no tienen una discapacidad. Pueden ser autosuficientes económicamente, ya que en algunas empresas se les da la oportunidad de integrarse laboralmente, solo es cuestión de tener fortaleza y ganas para vencer un obstáculo.
Nadie está exento
La discapacidad es un billete que todos portamos y el cual puede ser cobrado en cualquier momento. Nadie está exento a un accidente por mínimo que este sea. La vida cambia en un instante, pero solo en la voluntad de la persona está si sigue adelante o se hunde para siempre.
Una persona con una discapacidad o mejor dicho con capacidades diferentes, también puede salir adelante por ella misma. Costará mucho más trabajo pero al final recibirán la satisfacción del logro adquirido: la autodependencia.
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