Una nueva esperanza para las personas con discapacidad
En la ciudad colombiana de Cúcuta se viene trabajando en la creación del primer dispositivo robótico que mejorará la calidad de vida, en lo físico y emocional de las personas con discapacidad.
Una herida de bala los cual le produjo una lesión medular frustro los sueños y anhelos de Jahir Villamizar, a pesar de la paraplejia que le produjo el impacto del proyectil a sus 23 años ha sabido salir a delante.
Discapacidad por una herida de bala
Colombia siente el orgullo de ser pionera en el diseño y desarrollo de una nueva tecnología que ayudará a muchas personas con discapacidad, se trata del primer Dispositivo Robótico para Caminar -DRC-, que nace del ingenio de dos cucuteños.
«Recuerdo que hace 5 años entré a un supermercado y cuando iba a pagar los productos que llevaba, llegaron varios hombres encapuchados a robar y se armó una balacera; un disparo me dejó en estas condiciones y desde entonces, mi vida cambió».
Su anhelo, hoy por hoy, es recuperar la movilidad en las piernas y darle rienda suelta a uno de los tesoros más preciados del ser humano, el caminar. Y ese sueño poco a poco se ha ido moldeando. Tras 16 meses de arduo trabajo el ingeniero electrónico Olger Navarro y el ingeniero mecánico Gerardo Caballero, lograron construir un dispositivo robótico que permite a las personas con discapacidad parapléjica, como Marlon, caminar y valerse por sí mismos.
En esencia, se trata de unas piernas robotizadas que funcionan con cuatro motores, uno por cada rotula. «Hablo de rotula de la rodilla y la cadera, los motores son controlados por tarjetas electrónicas sincronizadas que hacen se genere un patrón de marcha», indicó Olger Navarro.
Robótica en favor de la discapacidad
Las piernas se fusionan perfectamente con la persona con discapacidad que las usa y soncapaces de interpretar las señales del paciente, pudiendo pararse, sentarse, caminar, bajar y subir escalones. Además, cuenta con un control remoto que da instrucciones al robot y ayuda al paciente a controlarlo. También se puede programar la velocidad y el ángulo de marcha.
Marlon, ha sido uno de los primeros pacientes en someterse a las pruebas con el DRC. El resultado ha sido satisfactorio por el buen estado físico que ha conseguido con jornadas terapéuticas y tratamiento médico. El primer día que pudo ponerse en pie y dar, luego de 5 años, sus primeros pasos sintió como si estuviera aprendiendo a caminar de nuevo. «Ese momento no lo olvidaré jamás, fueron sentimientos encontrados, no sabía si reír o llorar; la alegría se apoderó de mi cuerpo y lo único que quería era caminar y caminar».
Sin embargo, el proceso para dominar el DRC es de tiempo y se requiere, unido a lo físico, un perfecto estado emocional. Además de adaptación al dispositivo que «está construido en con láminas de acero inoxidable, es adaptable a la altura de cada paciente, tiene soportes de polipropileno y espumas interiores para evitar laceraciones en la piel. El robot es ligero y se alimenta con una batería de 36 voltios», indicó Gerardo Caballero.
El peso total, de este primer prototipo es de 29 kilos y la tendencia es a que con las modificaciones tenga un peso estándar de 22 kilogramos.
Rehabilitación, sinónimo de vida
El fisioterapeuta y asesor médico del proyecto, Crisanto Torrado Navarro, argumentó que la importancia del DRC radica en que los primeros estudios indican que los pacientes pueden recuperar la movilidad en las piernas. «El uso continuo del dispositivo produce un estimulo en el sistema nervioso central que hace que el discapacitado recuerde la habilidad de caminar».
El especialista manifestó que casos como el de Marlon, donde hay recuperación de las funciones motrices son prueba fehaciente del impacto del DRC en la comunidad discapacitada. Recordó que la adaptación es básica y para ello se requiere de una valoración médica.
«Preferiblemente se deben aceptar pacientes que tengan poco tiempo de haber sufrido la lesión o que estén en un proceso de rehabilitación para que no haya atrofia muscular, retracciones o pérdida de la densidad ósea, que pueda causar lesiones mayores al momento de utilizar el DRC».
Y si de impacto se habla, el caso a destacar es el de Marlon, quien aparte de cumplir con los requerimientos médicos, también cuenta con menos de 80 kilogramos de peso, lo que facilita el proceso.
Pruebas y significado
Otro de los casos en que el empeño y la dedicación dejan un saldo positivo y ha impactado a los creadores del DRC es el de Sergio Callejas, un joven cucuteño que sufrió un accidente en motocicleta el cual le causó lesiones de gravedad y perdió la capacidad de mover sus piernas. Con él también se han hecho pruebas y ha mejorado la calidad de vida, sintiendo de nuevo como sus pies se desplazan por el suelo al tiempo que la alegría se apodera de su mente
El sentido social del proyecto, en esencia, guarda el valor de poder devolverle la fuerza motriz a un semejante, que con el uso adecuado del dispositivo y el acompañamiento en asesoría médica, puede en el futuro hacer que el discapacitado recupere y regenere la función motriz sin necesidad de tener el dispositivo puesto.
Para ello se avanza en el perfeccionamiento del modelo y se hacen pruebas con más pacientes, al tiempo que se busca apoyo del Estado o de la empresa privada para la producción en serie del dispositivo, que tendría un costo de $25 millones de pesos.
El DRC, ciento por ciento cucuteño, entrega a la ciencia colombiana un prototipo de gran valor y marca un referente para el inicio de mejores condiciones de vida para las personas que por diferentes circunstancias han quedado discapacitadas.
Y es que mas allá de ser un cuerpo metálico, para personas con discapacidad como Marlon, significa un todo. La motivación lo ha llevado a interesarse de nuevo por la vida y su ímpetu lo tienen practicando baloncesto. «Quiero salir adelante, correr, hacer todo lo que no he podido en este tiempo, donde mi mejor amiga ha sido la silla de ruedas; quiero conocer más personas, darle alegrías a mí familia y compartir con ellos como alguien normal».
Quiero salir adelante, correr, hacer todo lo que no he podido en este tiempo.
Las empresas deben apoyar este tipo de proyectos y brindarles a las personas con discapacidad la oportunidad de recuperar su lugar en la sociedad.